[1994] ESCOBAL, Javier (ed). Comercialización agrícola en el Perú. Lima: GRADE; AID. 329 p.

La eliminación de las imperfecciones del mercado ha sido propuesta como una alternativa al manejo discrecional de precios relativos, en lo que concierne a la política de apoyo al sector agrario. El incremento de la productividad y la reducción de los costos unitarios que este tipo de política generaría mejoraría la rentabilidad agropecuaria sin elevar los precios de los productos y sin necesidad de subsidiar la utilización de insumos.

Al interior de este proceso de reforma del sector agrícola, es necesario prestar especial atención a los sistemas de comercialización. Durante las últimas décadas, los reducidos esfuerzos del sector público en relación al agro se han concentrado en mejorar las condiciones agronómicas, elevando la productividad. Sin embargo, este esfuerzo se ha realizado sin prestar mucha atención a la relación de los productos con el mercado. En un entorno liberal como el que se viene asentando en el Perú, la competitividad de los mercados agrícolas resulta un elemento crucial para asegurar que el sistema de precios asigne los recursos de manera eficiente.

De poco sirve elevar los rendimientos de un determinado cultivo si la ausencia de infraestructura adecuada, información o arreglos institucionales impide que el productor obtenga un mayor valor por la venta de su producto, al tener que enfrentarse a mercados poco competitivos. Los estudios que componen este libro ayudan a explicar por qué el levantamiento de ciertas restricciones existentes hasta antes de 1990 no llevó a lo que los académicos anglosajones denominan «los precios correctos». Lo que sucede es que tal levantamiento de restricciones es una condición necesaria, pero no es suficiente para mejorar la eficiencia de los mercados de productos agrícolas en el Perú. En efecto, la existencia de estructuras de mercado no competitivas y la presencia de externalidades -tanto positivas como negativas- condicionan la operación de los mercados de productos agrícolas en el país; se abre así un campo poco explorado de intervención estatal, en el que el gobierno, en vez de desplazar al sector privado, busca reducir estas imperfecciones de mercado.