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28 de febrero de 2002El Comercio

Turismo e infraestructura

El Perú cuenta con muchos recursos turísticos pero con pocos productos. Se requiere de una alianza entre el sector público y privado para el desarrollo de infraestructura de manera que nuestro patrimonio cultural sea fuente de ingreso y empleo descentralizado para el país.

El Perú cuenta con muchos recursos turísticos pero con pocos productos. Machu Picchu era un recurso turístico que se convirtió en producto cuando se construyó el ferrocarril y hoteles. Además se necesitaba un aeropuerto para llegar al Cusco y toda una cadena de servicios básicos que permitiera acceder a los atractivos turísticos de la zona.

Desgraciadamente, muchos recursos turísticos nacionales no se han transformado en productos manejados sosteniblemente de forma que se conviertan en fuentes de ingresos y empleo descentralizado. El propio Cusco, plaza turística bastante desarrollada, todavía cuenta con joyas turísticas de difícil acceso, como la ciudadela de Choquequirao. Choquequirao requiere de infraestructura que permita visitas turísticas en plazos razonables con adecuado hospedaje y alimentación. Desafortunadamente, por ignorancia o por manipulación, mucha gente en Cusco confunde a la opinión pública diciendo que se quiere «vender» el patrimonio arqueológico nacional. Con ello se desalienta la inversión.

La propuesta del Gobierno debe ser que la administración de los monumentos permanezca en el INC. Es más, las concesiones turísticas deben generar recursos para que el INC pueda mantener y promover adecuadamente los monumentos. El Estado no tiene los recursos necesarios para llevar a cabo este tipo de proyectos. Hay que generar el interés de potenciales inversionistas que participen en estos proyectos, respetando la intangibilidad de nuestro patrimonio cultural. La inversión privada desarrolla la economía, genera empleo, combate la pobreza y eleva el nivel de vida de los peruanos.

Sin embargo, no es necesario concentrarse en Cusco. El Plan Maestro de Turismo considera que el sur del país está bastante consolidado en términos turísticos y que es necesario diversificar destinos, y para ello propone desarrollar el norte. Por ello, Mitinci, Prom-Perú y el Cepri de Infraestructura y Servicios Públicos, a través de su gerencia de Turismo se han abocado a la promoción de la inversión privada en Playa Hermosa en Tumbes y en Kuelap en Amazonas. La idea es desarrollar la infraestructura necesaria para que nuestro recurso turístico se convierta en un producto atractivo.

El desarrollo de infraestructura requiere de una alianza entre el sector público y el privado. Si bien los hoteles, la cancha de golf, los restaurantes, etc. pueden ser aportados por el sector privado, el sector público debe proveer agua potable y desagüe, pistas y acceso aéreo. Copri debe analizar concesiones de servicios públicos en Tumbes de manera que se solucionen los cuellos de botella de infraestructura de manera simultánea con la inversión privada.

Así el Perú contaría con un centro de playa que se combinaría con otros atractivos arqueológicos. En el corredor norte se encuentran importantes atractivos como Chan Chan y Sipán en la costa, Chavín de Huantar y Cajamarca, en la sierra y Kuélap e Iquitos en la Amazonía. El turista en 15 días puede hacer un circuito que combine estos destinos, lo que justificaría que regrese al país después de haber visitado la zona sur.

En Kuelap no se debe dar en concesión o vender el monumento. Se puede desarrollar una alianza entre inversionistas privados y las comunidades de la zona para brindar infraestructura a los potenciales turistas. Este esquema funciona exitosamente en albergues para turistas en Tambopata-Candamo. El análisis no sólo debe servir para promover Kuélap, sino todos los recursos turísticos en el valle alrededor de Chachapoyas. Este debe ser un proceso con activa participación de los habitantes locales, que al final son los principales beneficiarios.