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1 de marzo de 2012Inversión en la Infancia

Según Ministerio Público cerca de 130 menores de seis años fueron asesinados entre 2009 y 2011

En enero, el Banco Mundial y el Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE), publicaron el informe “¿Está el piso parejo para los niños del Perú?”, que mide la evolución de las oportunidades para los niños en el país. El estudio revela que, a pesar de haberse elevado las tasas de crecimiento económico en los últimos años, la desigualdad de oportunidades que existe para el desarrollo de los niños se mantiene, lo que influye en el índice de pobreza.

El informe recalca que el motivo de la desigualdad de oportunidades entre los niños se debe a que muchos de ellos son sistemáticamente discriminados, ya que las oportunidades que reciban dependerán de circunstancias ajenas a ellos, como el lugar donde han nacido, su género, la pertenencia a un determinado grupo étnico, o el nivel socioeconómico de sus padres. A esto se agrega la falta de servicios básicos, como educación, atención en salud, acceso a servicios de electricidad, agua potable y saneamiento.

A pesar de que el principio de igualdad debe darse en todas las etapas del ciclo de vida, la falta de oportunidades durante la infancia es la más crítica, debido a que las oportunidades que se pierdan en esta etapa no siempre pueden ser compensadas luego.

La metodología usada por el estudio del Banco Mundial para medir la desigualdad de oportunidades en los niños, y que muestra ésta que no es circunstancial o aleatoria, sino sistemática, es el Índice de Oportunidades Humanas (IOH), el cual mide cuán lejos está el país de proveer acceso universal a sus niños a bienes y servicios básicos, y el grado de igualdad de oportunidades en el acceso a éstos.

Los datos sobre desnutrición crónica infantil reflejan estas desigualdades. El promedio nacional de desnutrición crónica infantil es, según los datos de la Organización Mundial de la Salud reportados en el Infobarómetro de la Primera Infancia del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, de 19,5 por ciento, pero ese promedio oculta las brechas que existen. Mientras la desnutrición crónica infantil en las zonas urbanas es de 14 por ciento, la desnutrición crónica infantil rural es 39 por ciento; y mientras en un distrito como San Isidro, en Lima, la desnutrición infantil es del 1 por ciento, en el distrito de Omacha, en la provincia de Paruro, en Cusco, la desnutrición infantil es de 80 por ciento.

Estas brechas significan que los niños de las zonas rurales que sufran desnutrición en los primeros años de vida estarán menos preparados para afrontar la etapa escolar con éxito y de tener un empleo bien remunerado cuando sea adulto.

El informe del Banco Mundial señala que durante los primeros 8 años de vida casi la mitad de los niños tienen un retraso en el crecimiento, y que 15 de cada 100 niños tienen un retraso permanente en su crecimiento. En educación y acceso a servicios básicos, las brechas entre las zonas urbana y rural, también son grandes.

En cuanto a educación, el estudio del Banco Mundial señala que la asistencia a la escuela está cerca de la cobertura universal, 96 por ciento en niños de 10 a 14 años, solamente el 50 por ciento de los niños termina la primara a la edad que le corresponde.

El informe del Banco Mundial señala que “el ingreso familiar explica casi el 40 por ciento de la desigualdad de oportunidades en la asistencia a la educación preescolar, mientras que la residencia en áreas rurales y la educación del jefe de familia explican, cada una, un 20 por ciento adicional en estas brechas”.

En lo que respecta a salud, el IOH revela cifras que no son aceptables. La tendencia en vacunación está disminuyendo en los niños menores de 5 años. Incluso, el 93 por ciento de niños que obtuvo la primera vacuna obligatoria en 2009, disminuyó en la segunda dosis a 86 por ciento y en la tercera dosis a 74 por ciento.