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25 de octubre de 2001El Comercio

La evaluación del rendimiento de los escolares

La evaluación del rendimiento de los estudiantes peruanos es una tarea necesaria si se quiere tener un diagnóstico de algunos de sus logros y necesidades. La experiencia latinoamericana demuestra que el uso que se puede dar a esta información es variado.

En los últimos veinte años la mayor parte de los países de América Latina ha creado sistemas de evaluación del rendimiento de los estudiantes. Estos sistemas recogen información acerca del desempeño de los estudiantes en algunas áreas del currículo, que luego se difunde con diversos propósitos. En Chile, por ejemplo, se publican los promedios de los estudiantes de cada centro educativo, de modo que los padres de familia puedan decidir dónde matricular a sus hijos. Sin embargo, recientes estudios sugieren que este uso de la evaluación no lleva a una mejora en el rendimiento general, sino sólo a que los padres de los mejores estudiantes prefieran las mejores escuelas.

En Chile y México se ha usado la información de las pruebas de los estudiantes para decidir bonificaciones o aumentos para los docentes. Este uso es nuevamente cuestionable, porque en primer lugar porque los resultados en las pruebas podrían tener que ver más con la composición del alumnado que con las actividades pedagógicas en la escuela. Además, este sistema podría dar la impresión que lo más importante que se espera del sistema educativo es que los estudiantes logren altos rendimientos en pruebas estandarizadas de lenguaje y matemáticas. Es importante no olvidar otros objetivos tan o más relevantes en el contexto peruano actual por ejemplo, lograr que los estudiantes culminen al menos la secundaria, desarrollen valores democráticos y sean personas responsables y satisfechas de sí mismas.

Pero hay otros usos posibles de la información. Por ejemplo en Chile se han utilizado los resultados para diseñar programas para las escuelas más pobres.\r\nEstos usos, que podrían ser denominados formativos, parecen más apropiados en la actualidad en tanto es difícil establecer cuánto del aprendizaje puede ser atribuido a la escuela y cuánto al contexto de riqueza o pobreza en el que viven los estudiantes. La investigación educativa en este sentido es aún incipiente, pero sugiere complejas interacciones entre factores escolares, familiares y del estudiante en la determinación de los logros.

En los últimos cinco años, en el Perú se han tomado dos pruebas nacionales y una internacional, cuyos resultados han sido publicados sólo en el transcurso de los últimos doce meses. Caso notable es el de los resultados del Perú en el estudio internacional de la Unesco, que en su momento (fines de 1998) el Gobierno decidió no publicar. Este estudio mostró a los estudiantes peruanos de tercer y cuarto grado de primaria en el último o entre los últimos lugares en lenguaje y matemáticas entre 12 países de la región. Es interesante notar las conclusiones que se han sacado de este estudio. Se ha dicho que la educación peruana es la peor de América Latina, cuando no tomó en cuenta otros indicadores del sistema educativo peruano (por ejemplo que casi el 100% de niños en edad de asistir a la primaria lo hacen). Se ha dicho también que de no ser por Haití hubiéramos sido los últimos de América, cuando en realidad Haití no participó en el estudio, de hecho el rendimiento de los estudiantes peruanos se ubicó muy cerca del de varios países. De los datos de este estudio se puede afirmar que el rendimiento de los estudiantes peruanos en los grados y áreas evaluadas es relativamente bajo o incluso inaceptable. A partir de esta información se debe pensar qué se puede hacer para mejorar el rendimiento de los estudiantes con relativo peor rendimiento dentro del Perú.

Es importante continuar con la práctica de evaluar el rendimiento de los estudiantes y comparar con los otros países, pero el objetivo debería ser informar a los actores claves del sistema para tomar mejores decisiones.