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30 de mayo de 2007Perú 21

Después del Desalojo

Luego de que el terreno originalmente destinado a la construcción del Gran Mercado Mayorista de Lima ha regresado a manos de la Alcaldía de Lima, conviene recordar algunos hechos del pasado y plantear algunos de los retos que la administración edil deberá considerar para lograr que Lima tenga con un mercado mayorista eficiente y competitivo.

La invasión es sólo un capitulo más de una larga historia de intentos de frenar la construcción de un nuevo mercado mayorista. Aunque esta se inició en 2002, sus líderes crecieron bajo el amparo de Absalón Vásquez, cuando el Gobierno de Fujimori quería impedir que la Municipalidad tuviera éxito en la construcción de éste mercado y pudiera consolidarse como una alternativa de oposición. El gobierno de Fujimori impidió la licitación internacional para la construcción y operación de un nuevo mercado mayorista que en esa época la comuna pretendió impulsar. Antes, durante el primer gobierno del APRA, la suspensión unilateral del pago de la deuda externa generó que se suspendiera el préstamo del Banco Mundial para la construcción de este mercado. Lo novedoso hoy es que el gobierno ha optado por retirarles el apoyo a los invasores, a los que en el 2002 apoyó a través de su representación en el Congreso. Es novedoso también que el Alcalde quiera asumir el liderazgo, dado que ganó las elecciones con la promesa de crear no uno, sino tres mercados mayoristas. Aprovechando que los vientos están a favor y que el Ejecutivo no parece interesado en ponerle piedras al municipio, es importante recordar que los mercados mayoristas son conceptualmente distintos a los mercados minoristas. En los minoristas, su pequeña escala determina que no existan barreras a la entrada para la creación de nuevos mercados allí donde sea necesario.

En los mayoristas, las enormes economías de escala y de ámbito, y los problemas de coordinación que acarrean, hacen que sea prácticamente imposible que puedan existir dos mercados mayoristas en una misma ciudad para los mismos productos. Ningún mayorista en su sano juicio abandonaría el mercado «antiguo y obsoleto» para reubicarse en uno «nuevo y eficiente» si sus clientes no se trasladan al mismo tiempo. Debido a estas características de la comercialización mayorista, ciudades tan grandes y complejas como Nueva York, Boston, Buenos Aires, Madrid, e incluso, Ciudad de México solo cuentan con un mercado mayorista. Así, el hecho de que, más allá de lo que digan las normas, solo pueda coexistir un mercado mayorista en una ciudad como Lima, genera que este tenga características propias de un monopolio natural, que requiere regulación edil.

Cualquier propuesta de construcción de un nuevo mercado mayorista para Lima debe reconocer este hecho. Es necesario que la coordinación entre la comuna y el Gobierno elimine el riesgo de incumplimiento de las normas vigentes. Estas normas prohíben que la actividad mayorista pueda realizarse en más de un lugar en Lima, y llevarían a que se clausure la actividad de comercio mayorista en las zonas donde hoy operan los mercados mayoristas 1 y 2, cuando se inicie la operación del nuevo mercado mayorista. La construcción de un nuevo mercado mayorista en Lima permitirá que se supere la deficiente formación de precios que perjudica a productores y consumidores, se reduzcan las pérdidas poscosecha que reducen oferta agropecuaria y afectan la calidad de los productos, mejore la fluidez en el abastecimiento y se evite el encarecimiento del proceso de mercadeo.