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4 de abril de 2013

Acción contra el Hambre y GRADE pusieron en debate el estudio Impacto Económico de la Anemia en el Perú

La Fundación Acción contra el Hambre, junto con el Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE), presentaron y pusieron en discusión su estudio Impacto Económico de la Anemia en el Perú, el 3 de abril. La autora de la investigación e Investigadora Principal de GRADE, Lorena Alcázar, estimó que con una relativa poca inversión estatal para prevenir la anemia, el Estado peruano se ahorraría un costo social y económico muy grande, dado que tiene un gran porcentaje de niños y adultos anémicos y por las graves secuelas que genera la anemia en los individuos y la sociedad.

El estudio fue comentado por un panel de especialistas en salud y nutrición, para dar pase a la opinión de los asistentes sobre los resultados de la investigación, que adaptó metodologías internacionales al caso peruano. Entre la audiencia estuvieron funcionarios públicos, representantes de la academia y profesionales de organismos multilaterales y de ONG. El panel lo integró Iñigo Lasa, Director de Acción contra el Hambre en el Perú, Helena Guarín, funcionaria de la delegación de la Unión Europea, Paulina Giusti, Jefa del Gabinete del Despacho Ministerial de Salud (MINSA), Nelly Huamaní de la Dirección General de Presupuesto Público del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y Federico Arnillas, presidente de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza (MCLCP).

Según el estudio, la anemia le cuesta a la sociedad peruana aproximadamente S/ 2777 millones (0,62% del PBI) y el componente más importante son los efectos de la pérdida cognitiva de los adultos generada durante la infancia temprana. Además, el gasto del Estado para tratar a los anémicos y las consecuencias de esta alcanzaría los S/. 22 millones, en contraste con un costo de prevención a través de la entrega de sulfato ferroso de S/. 18 millones: solo el 2,8% del total del gasto que la anemia le genera al Estado. Alcázar afirmó que una de las principales intervenciones contra la anemia -y no onerosa- es suplementar con hierro y micronutrientes a los niños y niñas de 6 a 36 meses de edad. Aunque, aclaró que el estudio no pretende decir que comprar sulfato ferroso es suficiente, sino que contar con este insumo implica entre 1% y 5% de lo que el Estado gasta por la anemia, y menos de 1% si consideramos los efectos de la pérdida cognitiva en salarios. “La idea es que comprar sulfato ferroso no nos cuesta nada comparado con los costos que representa la anemia”. La economista planteó que además se debe invertir en recursos, capacitación, trabajo con las regiones, etc; así como agregar presupuesto a otros programas para que combatir la anemia se incluya en sus objetivos.

El estudio también halló que los costos generados por la anemia son mucho mayores en las áreas rurales que en las urbanas, reflejada en menos años de educación, en menor productividad de los adultos y menores salarios. Los departamentos con mayores pérdidas por la anemia son Apurímac y Ucayali, donde la anemia representa casi el 2% de su PBI per cápita.

Lasa, de Acción contra el Hambre, reconoció que el Perú ha avanzado en la disminución de la desnutrición infantil, reflejo de la preocupación de todos en el país, desde el Presidente hasta los pobladores de zonas alejadas, pero “esto no ocurre con el problema de la anemia que menoscaba la capacidad cognitiva y productiva de las personas; agregó que es un indicador que daña el potencial humano “y que afecta a mayor cantidad de niños más que la desnutrición; por cada niño que sufre desnutrición crónica en Lima Metropolitana, 8 sufren de anemia”. Guisti, del MINSA, consideró que se podrían hacer ajustes al estudio como reducir el estimado del costo de la anemia por partos prematuros, pero que “es muy valioso tener un estudio de este tipo que informe sobre este tema de los costos que acarrea la sociedad, un problema tan importante como la anemia” indicó, al tiempo que agregó que sus comentarios buscaban mejorar las propuestas.

La representante del MEF, Huamaní dijo que “si uno de los objetivos no declarados del estudio era generar conciencia a nivel de público y del Estado, en parte lo ha conseguido y lo va a seguir consiguiendo. El documento es muy importante para que lo tomemos en cuenta para las políticas que se desarrollen en el Estado”, opinó. Destacó la existencia de diversos programas sanitarios, pero faltaría un mayor seguimiento de su implementación de parte de los gobiernos locales, que junto con la sociedad civil tendrían que promover la demanda de un mejor servicio de salud.

Guarín, de la delegación de la Unión Europea, enfatizó la utilidad del estudio como elemento constructivo para incidir en los tomadores de decisiones y que brinden mayor atención al problema de la anemia, sobre todo considerando las consecuencias negativas que ocasiona en la vida y futuro de los niños que la padecen, además de los costos que demanda para el Estado.

Arnillas, de la MCLCP, sostuvo: “Ya no hay el argumento que no es económicamente rentable enfrentar la anemia”. El responsable de dicha instancia mixta -Estado y Sociedad Civil- añadió que existe la normatividad para combatir la anemia por lo que no se requiere más leyes: “No es un problema normativo, es un problema de prioridad política y creo que actualmente hay funcionarios que coincidimos en el diagnóstico, en que debemos llevarlo a la opinión pública”. En general, la discusión coincidió en la necesidad de darle prioridad al problema de la anemia en la agenda pública y que este estudio contribuye a esto al mostrar los enormes costos que acarrea a los individuos, el Estado y el país.

DESCARGUE el estudio en sus versiones en ESPAÑOL e INGLÉS.