[1993] BRUNER, José Joaquín. «Algunos criterios para la evaluación de la educación superior y la investigación». Notas para el debate, 8: 93-119.

Se discute aquí los principales rasgos y alcances de la evaluación académica, práctica que en los últimos años ha alcanzado un significativo desarrollo en varios países occidentales y que está asentándose paulatinamente en el contexto latinoamericano.

El desarrollo de esta práctica responde al impulso de una redifinición de las relaciones entre el Estado y el sistema de educación superior. El Estado es ahora evaluador: en tanto está más preocupado por resultados que por procesos, libera a las instituciones académicas de regulaciones burocráticas, transfiriéndoles la responsabilidad de controlar su propio desempeño. Esto va acompañado de la instauración de una ética competitiva al interior del sistema de educación superior, que empieza a responder fundamentalmente a las señales que le da el mercado.

En América Latina, esta práctica todavía enfrenta seria resistencias, pero la creciente preocupación por la calidad académica que manifiestan los diversos agentes involucrados (Estado, estudiantes, profesionales, académicos y científicos, industriales) está permitiendo la introducción de prácticas evaluativas en ciertas áreas académicas. Según el autor, la evaluación académica puede ser definida como la constatación de la efectividad y la eficiencia de las instituciones o programas de educación superior, con respecto a propósitos elegidos (asegurar el cumplimiento de normas y valores académicos, la consecusión de niveles básicos de rendimiento, el alcance de ciertos estándares profesionales, la racionalización de programas, recursos y estructuras, etc.), empleando un determinado marco evoluativo y uno más tipos e instrumentos de evaluación (autoevaluación, juicio de pares externos, aplicación de indicadores de desempeño). Cada combinación de propósitos, marcos evaluativos y procedimientos da lugar a un régimen de evaluación diferente.

El autor discute una serie de criterios que deben considerarse para el diseño de un completo régimen de evaluación en el área específica de la investigación. En primera instancia, sostiene que debe precisarse el alcance de la evaluación, su propósito, los criterios a ser empleados y la organización del proceso. Revisa después las ventajas y desventajas del empleo de los distintos tipos de evaluación (evaluación por pares, indicadores de desempeño) y los niveles en que se debe evaluar la investigación (a nivel nacional, a nivel de universidades, a nivel de disciplinas, etc.). Propone asimismo algunas pautas para el diseño de procedimientos más complejos para la evaluación de la investigación.