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GRADE presentará y debatirá el Documento de Trabajo «Le va bien en la vida» Percepciones de bienestar de un grupo de adolescentes del Perú

Fecha : 05/09/2013
Hora : 8:30 am
Lugar:Auditorio de GRADE (Av. Almirante Grau 915, Barranco)
Área/s : Educación y aprendizajes, Pobreza y equidad, Salud y nutrición

GRADE y su estudio de largo plazo, Niños del Milenio, discutieron con el público los hallazgos del Documento de Trabajo “Le va bien en la Vida”: Percepciones de bienestar de un grupo de adolescentes del Perú en el auditorio de GRADE, el 5 de septiembre.

La publicación fue presentada por sus autoras, Vanessa Rojas Arangoitia y Alexandra Cussianovich Zevallos, y comentada por Patricia Andrade, Directora General de Educación Básica Regular del Ministerio de Educación (Minedu). Después, los participantes opinaron sobre la investigación y evaluaron su posible uso en las políticas públicas para los jóvenes peruanos.

Para el estudio se entrevistó a un subgrupo de los adolescentes de Niños del Milenio, en los años 2007 y 2011, que viven en cuatro distritos diferentes del Perú. A estos jóvenes se les visita en más ocasiones que a sus pares para conversar en profundidad. El documento recoge los cambios y continuidades en las percepciones de bienestar de dichos adolescentes, durante ese periodo. Una gran parte de chicos y chicas estaban empezando la secundaria en 2007, mientras que en el 2011, muchos la concluían y transitaban a la adultez.

“El bienestar es un proceso dinámico, que varía según los momentos y contextos en que viven los jóvenes”, sostuvo la investigadora Rojas. Por ello, agregó que el bienestar tiene varios componentes, los mismos que se entrelazan entre sí y son de tipo material, psicológico y afectivo.

Ahora bien, existen factores transversales en ambos años, en urbes y áreas rurales, sobre su concepción de bienestar y uno de ellos fue contar con el respaldo de sus padres y amigos, lo que a su vez siempre estaba vinculado con la educación. Aunque en el debate, el público anotó que los jóvenes la concebían como un instrumento para el bienestar, en vez de apreciar su valor en sí mismo.

“Todos hicieron alusión a la educación como indicador de bienestar de manera directa o indirecta”, indicó Cussianovich, agregando que el tema subyacía cuando se referían a la relación con los padres y sus amigos: referido a que sus padres los apoyen para seguir estudios postsecundarios; y que los amigos les aconsejen para seguir estudiando, afirmó la investigadora.

Precisamente, Andrade, del Minedu señaló que le sorprendió encontrar cuánta fuerza sigue teniendo en el discurso de los jóvenes la idea de que la educación les va a permitir el ascenso social. Luego, a modo de observación al documento, consideró que este podría complementarse con una especificación de los aspectos necesarios para tener bienestar, dado que estaba más centrado en las percepciones de los chicos sobre qué es estar bien. Empero, la Directora añadió: “…creo que nos están dando una información valiosísima … nos interesaría conocer más la data, y creemos que ahí hay una información valiosa para seguir explotando, para seguir analizando, y seguir mirando diferentes entradas para entender la subjetividad de los adolescentes”.

Entre los riesgos que amenazarían su bienestar, los chicos temían sufrir violencia, emocional o física, en casa o en la escuela, un problema encontrado en estudios previos de Niños del Milenio. De otro lado, principalmente los varones rurales, dijeron que aunque el trabajo podría afectar sus estudios, lo reconocían como un medio para aportar al hogar. Sobre ello, Madeleine Zúñiga, coordinadora de la Campaña Peruana por el Derecho a la Educación llamó la atención al Minedu para que se adecue a los niños trabajadores, que se les obliga a ir a escuelas nocturnas, que son para adultos. “No se ha pensado realmente en cómo incorporar los saberes de los niños que trabajan” acotó Zúñiga.

Por otra parte, el embarazo adolescente generaba mucha inquietud a los jóvenes, sobre todo a las chicas, porque pensaban que cambiaría radicalmente su vida y perspectivas.

Concluyendo, los jóvenes se perciben como agentes activos de su futuro y muchos confían en las habilidades aprendidas en su vida para forjárselo. No obstante, reclamaron ser escuchados para alcanzar su bienestar.

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