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16 de octubre de 2013

Eduardo Zegarra reflexiona sobre la importancia de aplicar la Ley de moratoria al ingreso de transgénicos al Perú

A propósito del Día Mundial de la Alimentación, cada 16 de octubre, Eduardo Zegarra, Investigador Principal de GRADE, reflexiona sobre la importancia de aplicar la Ley de moratoria al ingreso de transgénicos al Perú, en una entrevista para el programa Punto Económico de Televisión Nacional del Perú.

Para el especialista, se vislumbran dos problemas importantes que afectarían al agricultor peruano. El primero se relaciona con el patentamiento de semillas transgénicas. Indica Zegarra: «[…] el agricultor no podría reproducir esta semilla y se crearía una dependencia de por vida con el proveedor». El segundo problema se origina en la condición del Perú como país megadiverso y de origen de especies importantes como la papa. «Colocar transgénicos en un territorio con una enorme biodiversidad genera riesgos inmediatos para preservarla. Esta es la mayor preocupación por la cual se aprobó la Ley de moratoria. En el Perú no queremos transgénicos porque son muy riesgosos, porque no hay los beneficios supuestos y porque estos no son suficientes para arriesgarnos a eso. El Perú debería especializarse en productos orgánicos, en nichos de mercados. Los transgénicos son para países de gran extensión como Estados Unidos, Brasil, Argentina que tienen grandes extensiones de soya o de maíz. En el Perú tenemos, más bien, una agricultura de menor escala, más diversa. No tenemos nada que ganar con los tránsgénicos», opina Zegarra.

El investigador explica el problema de la externalidad donde una determinada actividad afecta a terceros al trasladarles costos o consecuencias no deseadas, en este caso: los agricultores que siembran cultivos no transgénicos. «Es como un tema de salud en el que yo tengo libertad para hacer ciertas cosas pero si lo que hago afecta a otros me tienen que limitar. Tenemos que ser conscientes que la biodiversidad es un activo de todos los peruanos que debemos valorizar, explotar y no destruir».