Informe Especial

Mejores escuelas: Mayores oportunidades - 05

Jóvenes piuranas entre el campo y el salón

Más de 100 alumnas del Centro Rural de Formación en Alternancia (CRFA) Las Capullanas, de Cura Mori, un plantel de Secundaria enclavado en una zona más rural que urbana de Piura, dividen de un modo atípico su mes lectivo con el programa Formación en Alternancia: dos semanas estudian en casa y las otras dos en el colegio. Su directora, Carmen Torres, se enfrenta al machismo reinante y logra que decenas de jovencitas completen su educación básica regular, algo que era visto como privilegio de los chicos.


El sol en Cura Mori no tiene piedad. Rodeado de dunas ondulantes, este distrito de la provincia de Piura, en la región del mismo nombre, está poblado básicamente por agricultores que siembran maíz, algodón, arroz, camote y cebolla, y por criadores de aves de corral y de cabezas de ganado caprino, ovino, porcino y vacuno. Es una localidad rural con pequeñas pinceladas de urbanismo. Entre sus rústicas viviendas, ver caballos es más común que observar automóviles o buses. Si un forastero llega a este pueblo lleno de chacras y pregunta por el Centro Rural de Formación en Alternancia (CRFA) Las Capullanas, o simplemente por el ‘internado’ de secundaria de las chicas, cualquier vecino le podrá dar razón.


Las alumnas asisten al colegio solo dos semanas al mes y el resto del tiempo estudian en casa, donde son visitadas y monitoreadas por el profesorado. La presencia de esta escuela ha cambiado ciertos paradigmas arraigados en esta zona del Perú: cada vez son menos los lugareños que piensan que la educación media debe estar dirigida primordialmente a los varones. Y mucho del cambio de mentalidad es cortesía de la directora del mencionado colegio, Carmen Amanda Torres García.



SE ACORTAN LAS DISTANCIAS


El programa Formación en Alternancia es un modelo traído al Perú en el año 2002 por la Asociación Civil Pro Rural, dedicada a impulsar la educación como catalizador del desarrollo rural. Es una modalidad importada de Francia, donde los agricultores la impusieron en 1935 para que sus hijos no se queden sin estudiar. Pro Rural la puso en práctica en el Perú para disminuir las dificultades que las distancias entre las casas y la escuela representan para los estudiantes y sus familias. Se usa un modelo tipo internado de dos semanas porque, por la lejanía, el traslado a diario entre la vivienda y el colegio es sumamente difícil, por no decir imposible. La alternancia es una de las formas de atención diversificadas para la secundaria rural que reconoce el Ministerio de Educación.


Al CRFA Las Capullanas asisten chicas del mismo Cura Mori y de Tallán, Catacaos y La Arena, entre otras localidades y anexos piuranos. Y la participación de muchas de ellas en el programa de Formación en Alternancia se debe a la perseverancia de la directora Carmen, cajamarquina de 40 años que ha llevado una maestría en Investigación y Docencia en la Universidad Pedro Ruiz Gallo. “Dirijo el colegio desde su fundación en el 2003. Al principio nadie confiaba en nosotros. Con mi equipo recorríamos los anexos y conversábamos con los padres. Algunos creían que éramos monjitas, secuestradoras o terroristas. Pensaban de todo. Es que les proponíamos algo que los sacaba de sus esquemas: que sus hijas asistan al ‘internado’ para recibir educación. La gente pensaba, y aún hay muchos siguen con esa mentalidad en la zona, que si había que priorizar beneficiarios para la educación secundaria, esos debían ser los varones. Hay mucho machismo en Cura Mori”, narra la directora.


EDUCACIÓN EN VALORES


Carmen no se amilanó. En la medida que más chicas captaba para el colegio, más los pobladores se daban cuenta de lo bueno que es para sus hijas recibir una educación. Lo primero que valoraron los padres fue que ellas replicaban en casa los valores que aprendían en la escuela. “También se las ha empoderado en valores. Otro ejemplo: hace pocos años una de nuestras alumnas adolescentes encaró a su papá porque borracho golpeaba a la mamá. La alumna, que es la hija mayor, esperó el momento oportuno y le reclamó al padre con argumentos, y lo hizo de tal forma que este cambió de actitud para siempre y no volvió a agredir. Las tres hermanas de esa joven también han pasado por el colegio. Ahora solo queda la última con nosotros. Esa familia vive en Ciudad Noé, por la carretera entre Piura y Chiclayo”, relata Carmen.



HORARIO 15-15


El CRFA Las Capullanas cuenta actualmente con 113 alumnas y 11 profesoras, incluyendo a Carmen. Todo el ‘staff’ docente es femenino. El plantel fue fundado un año después de que empezara a funcionar el CRFA Catacaos, de varones. Como pasa con todo colegio de Alternancia, durante los 15 días que estudian en casa, las chicas de Las Capullanas cumplen con sus familias tareas de aprendizaje pauteadas en un plan de investigación, que versa sobre actividades de la experiencia familiar –labores agrícolas, por ejemplo– y que apunta a convertirse en un proyecto productivo. El desarrollo de esas actividades es anotado progresivamente por cada alumna en el llamado Cuaderno de la Realidad. Durante ese lapso de tiempo, el grupo docente organizado se reparte las visitas de monitoreo a los domicilios de las alumnas.


Luego, durante los 15 días que las chicas pasan en el colegio con las profesoras monitoras, se ejecuta la Puesta en Común: debates y conclusiones sobre lo realizado en casa. En la primera semana de ese período, las alumnas visitan a un especialista en determinado tema; en la segunda, escuchan en clase a otro experto invitado; siempre respetando el devenir normal de los cursos regulares.


Por ejemplo, en casa pueden hacer un plan de investigación sobre el maíz, y en clase conversar sobre él y hablar con los especialistas. Eso ya no es conocimiento abstracto. “Lo que más alegra a los padres es el desarrollo del proyecto productivo en casa. Sacan pecho por sus hijas porque ya saben, por ejemplo, los tips de la crianza de pollos. Todo eso es complementado durante los 15 días siguientes en el colegio con el desarrollo de un proyecto institucional que, en el caso de Las Capullanas, se trata de un taller de panadería, donde se enseña a las jóvenes a hacer pan de camote y pan de zapallo. El proyecto productivo, en tanto, es obligatorio para las alumnas de primero a cuarto. Las de quinto lo que hacen es el plan de negocios para dicho proyecto. El modelo de Alternancia busca el progreso técnico productivo del estudiante y el desarrollo local.


COMPROMISO COMUNAL


Por la dimensión del local, las secciones se turnan la estancia en la escuela. El colegio Las Capullanas funciona en un terreno adquirido por la asociación del CRFA, integrado por los padres de familia, el alcalde local y otras personalidades civiles del poblado. Las chicas estudian en dos aulas hechas con material pre fabricado donado. Los únicos tres pequeños ambientes de material noble sirven como dormitorios y dirección. La asociación se encarga de adquirir toda la logística (alimentación, vajilla, colchones, camas, carpetas, etc.). Las alumnas duermen con las profesoras. Para poder pasar las noches en el colegio, las profesoras, pagadas por el Estado, se turnan y cumplen jornadas de 24 horas. Pro Rural, en tanto, las capacita constantemente.


En el Perú existen 39 Centros Rurales de Formación en Alternancia que nacieron por iniciativa de la Asociación Civil Pro Rural y que cuentan con el visto bueno del Sector Educación. Están en Lima Provincias y en las regiones de Arequipa, Apurímac, Cajamarca, Huánuco, Lambayeque, La Libertad, Puno, San Martín, Piura y Cusco. Adicionalmente hay otros CRFA alentados por ADEAS Qullana y otros más creados por el Estado.


Encuéntranos en:

Av. Almirante Grau 915. Barranco, Lima 4 - Perú
+51 1 2479988
contactoforge@grade.org.pe

Copyright 2016 © FORGE. All rights reserved.