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14 de noviembre de 2000El Comercio

Nobel estudia el empleo en el Perú

El último premio Nobel de Economía, James Heckman, dirige actualmente un estudio sobre el impacto de las políticas de estabilidad en el empleo -estabilidad laboral e indemnización por despido arbitrario, principalmente- en el mercado de trabajo.

La investigación cuenta con el auspicio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y se realiza para Argentina, Brasil, Colombia y el Perú. El caso de nuestro país está a cargo de Jaime Saavedra y Máximo Torero del Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE).

Según informó Saavedra, Heckman expuso los principales resultados del estudio en la conferencia que brindó en el Congreso de la Asociación de Economía de América Latina y el Caribe en Río de Janeiro, al día siguiente de recibir la noticia de su premio.

Se supo que la conclusión principal del análisis es que la estabilidad laboral y los niveles excesivos de pagos por indemnización son mecanismos ineficientes para proveer seguridad a los trabajadores. Más bien estas políticas reducen el nivel de empleo global, aumentan el tamaño del sector informal y generan una mayor desigualdad en los ingresos.

Para Saavedra, en América Latina y en el Perú estas políticas se esgrimen justamente para promover el empleo, el aumento de los ingresos y la equidad. En general, los impactos son exactamente los opuestos.

Respecto al caso peruano, el estudio muestra que los elevados costos de despido durante los años ochenta tuvieron un impacto negativo sobre el empleo formal y favorecieron un grupo pequeño de asalariados formales con el costo de quitarles totalmente protección al resto de trabajadores. En los años noventa, la situación peruana es compleja. Según Saavedra, la liberalización efectuada tiene graves errores en el camino. Luego de eliminarse la estabilidad y reducirse el pago por indemnizaciones, hacia 1997 el abono de estas últimas fue incrementado por el entonces ministro Gonzales Izquierdo -el mismo funcionario que paralizó el proceso privatizador- y en la actualidad constituye el mayor de América Latina.

Asimismo, es uno de los pocos países en los que el costo y las restricciones de utilizar contratos temporales son extremadamente bajas.

En el Perú hay ahora tres segmentos: los informales, los formales con contrato a plazo fijo y los formales con contrato permanente.

Saavedra aseveró que «el diseño legal actual favorece el empleo temporal y no reduce la informalidad».