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18 de febrero de 2012La República

La obsesión por la inclusión social debe ser compartida

Entrevista a Jaime Saavedra-Chanduví. Director del departamento de Reducción de la Pobreza y Equidad del Banco Mundial (BM).

Por Francis Cruz.

El Banco Mundial es coautor del libro «Está el piso parejo para los niños del Perú? Midiendo y entendiendo la evolución de las oportunidades». ¿Qué destaca de la publicación?

La desigualdad es un tema que siempre ha sido uno de los retos de desarrollo en los países de bajos y medianos ingresos y se puede ver que está adquiriendo mucha importancia en los últimos años. Estos países redujeron fuertemente la pobreza, pero en algunos casos vino acompañado de un proceso de desigualdad en el ingreso. La desigualdad es un problema que tiene que ser parte de los objetivos de la política pública. Cuando el piso no está parejo, y desde el inicio, las oportunidades que tienen los niños y los jóvenes son distintas. En este estudio tratamos de focalizarnos en cuáles son las oportunidades básicas que una sociedad decide debe tener para gozar de una vida plena y que los niños puedan labrarse su propio futuro.

¿Cuáles son éstas?

Hay bienes básicos considerados universales, como que no haya desnutrición crónica, que haya acceso al agua potable, saneamiento, electricidad; acceso a educación de calidad, vacunas… El problema es que no todos tienen acceso a esas oportunidades. En el Perú cuatro de cada 10 niños no tienen acceso al agua potable y solo con eso hay un problema de igualdad de oportunidades, por estar expuesto a enfermedades. Pero lo grave es que esos cuatro niños son de áreas rurales, o sea, con ciertas características y eso es a lo que llamamos circunstancias: el ingreso de sus padres, dónde nació, su género, sus rasgos étnicos, esas son variables que no deberían tener nunca un impacto en el acceso a cualquiera de esas oportunidades, pero lamentablemente sí existe y de este modo existirán desigualdades. La cobertura no es completa y las oportunidades discriminan a los niños por diferencias exógenas al mismo niño.

¿Cómo frenar eso?

Nosotros ayudamos a un proceso de formulación de políticas y monitoreo para dar un panorama con un indicador que llamamos ‘indicador de índice de oportunidades humanas’ y que va mas allá del indicador de cobertura, porque éste solo te dice que cuatro niños de cada 10 no tienen acceso al agua, pero el otro indicador se ciñe al hecho de que haya inequidad en este acceso.

¿Las brechas tienden a abrirse?

Siempre se escucha eso, pero lo que vemos es que no se abren, aunque tampoco se reducen y cuando se han reducido en algún caso no se redujeron a la velocidad que deberían. Yo siempre recalco que hay que mirar que vamos en la dirección correcta: se están reduciendo pero empiezan de un nivel muy alto. Por ejemplo, en saneamiento, electricidad y educación, el Perú está entre los que tuvieron las mejoras más grandes de América Latina, pero si miras los niveles de la región está por debajo del promedio. Pese al buen camino que lleva, el Perú aún le queda mucho por recorrer.

¿Por qué es importante ir cerrando esas brechas?

Porque se reduce el crecimiento económico en términos de riqueza en el país, porque tienes un montón de niños que no pueden desarrollar su talento al no poder acceder a esas oportunidades mínimas, y también es un problema porque limita la movilidad social; si el acceso a electricidad depende del ingreso de sus padres, la probabilidad de que sea pobre cuando sea adulto va a ser más alta. Lo que interesa es que un niño que nace en un hogar pobre puede tener la posibilidad de moverse socialmente. Hay que hacer que todos los niños tengan acceso a la educación, que todos tengan como parte de la sociedad esas oportunidades mínimas. Además, es moralmente injustificable que con los niveles del desarrollo del Perú no se esté avanzando lo suficientemente rápido en estas necesidades básicas.

¿Qué le parece la política del Midis?

El enfoque del gobierno y del Midis está bien. Nunca se ha visto como una obsesión en las políticas públicas el bajar las brechas, hasta ahora, eso es lo novedoso de este Ministerio.

¿Conseguirán reducir la pobreza en este mandato?

Lo que haga el Midis no va a tener impacto en las cifras de pobreza, porque las tasas de pobreza monetaria dependen del consumo de hoy día y eso depende de que hoy tengas por ejemplo un empleo. Muchos de sus programas son para futuro, para que todos los niños tengan las oportunidades de labrarse su futuro y eso va a tener un impacto cuando los niños sean jóvenes y luego adultos. Esto es más a mediano y largo plazo.

¿Se conseguirá bajar la pobreza extrema al 20% para 2016 como dijo la ministra Trivelli?

Si el país mantiene su ritmo de crecimiento, creo que sí es factible, a no ser que el shock externo afecte. El Perú es uno de los países que menos necesita recursos de fuera y que –en el caso de necesitarlos- el mercado internacional se los proveería sin ningún problema. Ya no es un problema de plata y es moralmente injustificable que no se puedan acortar las brechas.

¿Cuál es el gran reto del gobierno en esta materia?

La articulación de toda la política social y económica. Es algo complejo, porque si el Midis dice: ‘uno de nuestros indicadores emblemáticos es la reducción de la tasa de desnutrición crónica’ debe depender por ejemplo del ministerio de Vivienda para ofrecer acceso al agua. El Midis solo opera Cuna Más, Juntos, Pensión 65…¿Cómo haces para articularlos? Esa obsesión por la inclusión social tiene que ser compartida por el resto de sectores, si no no va a funcionar. El midis está empezando a crear estos mecanismos de coordinación, pero ese es el reto que tiene en este mandato.

Fuente: La República